sábado, 23 de abril de 2016

PRANA, una anécdota de Jimmy Ledezma

Hace unos días publicaba en el blog la historia de Prana (pueden leer esa nota ACÁ). 
El baterista de aquella legendaria banda, Julio "Jimmy" Ledezma, compartió conmigo (y yo lo comparto con ustedes) un recuerdo de su llegada a Rosario para reunirse con sus compañeros de banda que se habían radicado en esa ciudad para estudiar. 
Está magistralmente narrada, al punto que te hace sentir que lo estuvieras viviendo, permitiéndonos un acercamiento más directo a entender lo que era armar una banda en esa época. Les recomiendo que se tomen un tiempo en leerla completa!

Jimmy Ledezma; 
"Llegue a Rosario en una madrugada fría de Marzo a bordo de un camión que transportaba soja y que yo había ayudado a cargar, sugerencia de mi Tio Chiama (casado con una Prima mia) que era el que despachaba el camión y por el cual me pagaron una fortuna (por acomodado) algo así como 500 Millones o 500 Palos como decíamos a los 100 Pesos que en esa época en que el peso argentino se contaban en Millones) 
Me dejo justo enfrente al Club Huracán de Rosario, club que tendría una gran importancia en mi vida “rosarina” pero que yo con el sueño y el frio apenas preste atención y casi sigo de largo ignorando a unos chicos que me miraban con lo que yo creí era cara de “pocos amigos” y en mi mentalidad pendenciera comenzaba a calcular quien me atacaría primero y como haría yo para sortear 3 Rosarinos juntos cuando realmente me resultaría imposible lidiar con uno solo de ellos con mis 59 Kilos contra estos 3 que tenían pinta de rugbiers,
cuando ya me estaba por sacar la mochila para preguntarle “que carajo miraban” y si nunca habían visto un mochilero cagado de frio y de hambre, uno de los chicos me pregunta, “Loco….parece que andas medio perdido …. Que dirección estas buscando…” .. y con una sonrisa amigable otro me dice… “porque no bajas ese mochilón y descansas la espalda un rato” …todavía desconfiando pero tranquilo ya que mis magras “pertenencias” daban mas para que un ladrón me deje algo a que me lo quite…les hice caso y les dije que andaba buscando la calle Paraguay y tal dirección… me dijeron… “ah…pero estas de suerte, esta es la calle Paraguay y esa dirección no puede estar más lejos que una o dos cuadras” … "que bueno", les dije "porque estoy cagado de frio y sueño"… “de donde venís” otro me pregunta… De Misiones le contesto… se miraron con cara de sorpresa… “me imagino que no te largaste caminando” me dice otro… se rieron me dieron una palmada y me dijeron… te acompañamos…. 
Ya uno con la mochila al hombro y yo con cara de agradecido y recordando los consejos pueblerinos de mi lejana Posadas pensaba…será que no me llevan a un lugar para robarme la mochila… pero por el otro lado me sentía tan liviano y tan agradecido de no tener el puto peso de la mochila al hombro y de tener con quien hablar y con quien comenzar mi vida en “la gran ciudad” que disipe todas mis dudas y me deje ayudar… Tenían razón porque el departamento de “Prana” (Daniel & Teio Tabbia y Rodolfo Otero) quedaba a dos cuadras, uno de ellos me dice “a la mierda… que edificio…estas seguro que es este”..? (por supuesto con mi pinta de croto mochilero no daban un mango por mi… ) les dije que si..que los que ahí vivían eran amigos míos, que teníamos un grupo de rock de Posadas y que ellos estudiaban Medicina e Ingeniería, se miraron como aprobando y yo toque el timbre…me contesto “Rodo” .. “si”..?? "soy Jimmy", le digo…. Escucho unos gritos y un “espera que ya bajo!! .. 
Nos abrazamos en un minuto que parecía interminable ya que yo venía amagando este viaje ya por dos años seguidos y posponiendo a Prana de su baterista. Nos abrazamos con los tres pibes (uno de ellos termino siendo mi cuñado por toda mi estadia en Rosario ya que tenía una hermosa hermana que pobló mis sueños y mi vida Rosarina (Maria Fernanda) les agradecí y nos saludamos como viejos amigos para la adormilada confusión de Rodo que no entendía quien mierda eran estos tipos y cómo era posible que yo ya tuviera lo que parecía amigos que me acarreaban la mochila…. Disipe su duda cuando le dije mientras subíamos la escalera que andaba medio perdido y estos chicos me dieron una mano… entramos y la primera cara que veo es la de Daniel, mi amigo del alma de toda mi vida “Pranística” con quien nos abrazamos en otro abrazo más largo aun ya que estábamos en la privacidad del departamento y me dijo algo asi como ..no puedo creer …por fin viniste!! Me dice…espera que te vea Teio....!! 
Lo despertamos y este me mira con cara de que todavía no se desprendía de los brazos de Morfeo y cuando me reconoce me da un abrazo de oso (quienes conocen a Teio comprenden que en este caso “abrazo de oso” es una realidad y no un eufemismo) y para mi sorpresa se le caen unas lagrimas enormes con un llanto amigable y alegre, cosa que nos sorprendió a todos pero que lo aceptamos porque era el sentimiento colectivo que el expresaba por todos nosotros, cualidad que aún perdura en mi gran amigo Teio. 
Nos vestimos (yo me duché y me cambie descubriendo que había llegado al “primer mundo” ya que teníamos agua caliente central..!!) y nos fuimos a caminar hacia el Río a ver las aguas de ese Paraná que hacía unos días me habían despedido cuando me fui a caminar al Parque Paraguayo a despedirme de esa Posadas pre-Yacyreta y pre-costanera pensando en todo lo que dejaba y en todo lo que me esperaba en esa …la segunda ciudad de Argentina.
Mientras caminábamos por esa vacía Peatonal de Rosario en dirección al Rio y al Monumento a la Bandera nos tropezábamos entre todos tratando de hablar todos juntos en una verborragia infernal y confusa llena de planes y aserciones que se interrumpían de vez en cuando con un abrazo de alguno de ellos con un “no puedo creer que estas aca”…!! Y mas abrazos y mas palabras que nos llenaban de alegría y nos hacían gozar de antemano los café con leche con medialunas que nos esperaban en algún lugar y en algún tiempo atemporal del futuro-cierto de las cosas que así deben ser porque ese día estábamos felices y todos los semáforos nos daban verde. Llegamos a esa maravilla que es el Monumento a La Bandera con sus partes y su forma de eterna nave todavía esperando el timonel que nos lleve a esa Argentina que seguimos esperando. Pero aun asi que gozamos de la obra de Guido y Bustillo el “patrón” y destino de todas nuestras miradas seguía siendo nuestro majestuoso Paraná ya que tácitamente todos mirábamos a nuestro Rio pensando lo mismo, -que ganas de estar en Posadas-; pero no había lugar ni tiempo para las tristezas, yo había llegado, el baterista completaba la pirámide, y esta por fin tenía su último bloque, había llegado “piramidon”…
Seguimos hablando sin parar, los planes también como la conversación se confundían e interrumpían uno a otros hasta que un momento (creo que fue Daniel…) dice .. “ah…. Miren eso…” todos seguimos su mirada hacia el Este para llenarnos de los primeros rayos de un Sol Otoñal que nos saludaba desde las lejanas tierras Entrerrianas. Nos quedamos todos mirando ese espectáculo hasta que la voz de la razón (siempre Rodo) nos dice… “bueno…vamos a tomar “ESE” Café…”? salimos todos para la Peatonal buscando un café madrugador, encontramos uno y entramos bajo la mirada sospechosa del mozo que nos miraba con cara de -de que boliche llegaran estos borrachos- sin saber que en esa época asi como Arco Iris eran considerados las “damas de casa” del rock nosotros tambien probablemente seriamos el único grupo de rock abstemio de Argentina y sobre todo de ese Rosario recién salido del Hippismo de los 60’s y entrando en los 70’s - ya que ninguno tomaba una gota de alcohol así como tampoco hacíamos ninguna droga (excepto yo que había experimentado con hongos y algunos mandrax’s en el boliche). El resto éramos de la Coca Cola y los gigantes “sanguches” de lo que había y se conseguía en casa de músico. 
Seguimos bajo la cautelosa mirada del mozo conversando a los gritos mientras las medialunas los vigilantes y demás yerbas se unian al mejor y mas rico café que había tomado en mi vida ya que en el medio de la alegría del encuentro y nuestro interminable reencuentro no me había percatado que yo no había comido desde el lejano Truck Stop (parada de camiones) del día anterior antes de entrar a Santa Fe que fui amablemente invitado por el camionero que me trajo. El mozo, ya más tranquilo porque estábamos consumiendo algo sano y no cervezas para “bajar” la madrugada se comenzó a contagiar de tanto amor y tanta alegría y atraído por nuestro acento “tierrarojino” nos pregunta con una mirada amable y paternal… “disculpen chicos….pero hace cuanto no se ven…? Y de donde son que hablan tan raro”…? Nos tropezamos todos para explicarles el gran evento de la gran llegada mientras el asentía con la cabeza y se le iba dibujando una sonrisa, hasta que se pierde en dirección a la cocina y vuelve con una torta de algo que nos dice, bienvenidos (no se si había entendido que yo era el único nuevo en Rosario) y nos dice… “atención de la casa”…. Uniéndose a la algarabía y bondadosa bienvenida que la hermosa Rosario me seguía ofreciendo y que había comenzado con los tres chicos del Huracán, Prana y ahora este bondadoso señor a quien les habremos recordado otros tiempos, otras alegrías de un época donde el también se habrá reunido con sus seres queridos y amigos con quienes habrá tenido proyectos que truncos y desviados derivaron en este cafecito de la Calle Córdoba. Nos palmeo el hombro y nos dijo… que lo disfruten. Seguimos hablando y comiendo mientras yo agotado pero feliz pensaba en mi lejana Posadas y mis amigos de Rugby, del Itapúa, mis compañeros de la Escuela Normal a quienes ya no podría dirigir en la Estudiantinas, en mi familia y en el destino que me esperaba en esta monstruosa ciudad que parecía no tener límites. (se imaginan como me sentí cuando llegue a Toronto y luego a Nueva York, Washington DC y Los Angeles..!!) Como siempre Rodo y la voz de la cordura dijo, “bueno… es hora de tocar un poco de música” Nos fuimos todos al departamento, no me acuerdo si era dia de semana o de escuela pero era obvio que ese día era un “feriado Prana” entramos al depto, elegimos el lugar que seria mi habitación (una especie de pasillo con dos puertas que nos unía a un patiecito interior que fue mi refugio de incalculables horas de estudio de lo que sería mi profesión, la más linda del mundo, deje mi mochila y nos fuimos todos al living, mientras Daniel hacia un Matecocido con medialunas (de nuestra vecina y adorable “Abuela” que nos mantuvo por varios años sin aprenderse el nombre de ninguno de nosotros solo el de “los chicos de Misiones” los que estudian… Pelamos las guitarras acústicas, el bajo de Daniel y yo lo que sería mi primera batería en Rosario, una silla que sonaba muy bien y mi pedal Roger que me había traído de Posadas que tenia una maza cuadrada y que yo ponía contra un almohadón y sonaba como un hermoso bass drum. Si mal no recuerdo comenzamos tocando algunas cositas de Beatles (como siempre) hasta que Teio dijo, quieron que escuchen esto; y puso Humo Sobre el Agua de Deep Purple, ahí nomas nos pusimos todos a escuchar y sacar lo que luego seria la “marca” de Prana que fueron los grandes éxitos de esta increíble banda. 
Estariamos muy alegres y felices porque me acuerdo que después de horas de tocar, hablar y repetir varios Matecocidos me levante para ir al baño y cuando fui a buscar un libro que había traido de Posadas (El Lobo Estepario de Hermann Hesse) veo que ya estaba oscuro, la noche había llegado a Rosario y yo hacía ya mas de dos días que no dormía, aun así no tenia absolutamente nada de sueño, me sumergí en la prosa misteriosa y cautivante de Don Hesse cuando escucho a través de una ventana del baño que daban a otras ventanas que daban al Living donde Deep Purple comenzaba a tener forma y que realmente la banda sonaba y sonaba bien…. Hasta ese momento Prana era mas ganas que otra cosa, habíamos tocado en Posadas, habíamos tocado en el Tacuru y habíamos tocado como invitados de Jalea y de Panchito y de otras bandas “profesionales” de Posadas, pero realmente yo pertenecía a un Trío que se llamo el Combo Trío y y anteriormente con Los Juniors y tambien había tocado con todas esas bandas como baterista, como suplente o como miembro estable, pero Prana que estaba formado por un músico full time que era yo y por tres integrantes que estaban estudiando medicina e ingeniería y no se dedicaban a esto “tiempo completo” me traian muchas dudas, pero las dudas se disiparon apenas escuche a Teio sacar magistralmente el solo de “Ricardito Negro-Mas” mote cómico que le habíamos puesto al guitarrista de Deep Purple que se llamaba obviamente Ritchie Blackmore. Salí de baño y para mi sorpresa estos “estudiantes” ya habían sacado las armonías de las voces, la guitarra sonaba linda y prometedora, Daniel cantaba en un tono allá por los cielos como lo hacía Ian Gillan, su bajo sonaba aun mas prometedor y solo me faltaba a mi poder colaborar poniendo los ajustados golpes del otro Ian de Deep… Ian Paice. Me acuerdo que me puse alado del “tocadisco” y les pedi que hicieran silencio porque quería realmente escuchar lo que a mi me parecía el Shuffle mas lindo y complicado que había escuchado en mi vida, y que ya venía de otro tema de fabuloso y complicado (solo para entendidos y virtuosos….) Lazy…. Me quede embobado con la calidad que lograban estos “estudiantes” con solo dos guitarras acústicas y un bajo desenchufado…. Abandone el baño y a mi amigo el Lobo Estepario para unirme a la orgia musical que se iba gestando en el Living justo cuando Daniel comenzaba con su perfecto Ingles la primera estrofa “You’re lazy… Just stay in bed…” no me acuerdo cuantas horas seguimos tocando… si me acuerdo que otro matecocido siguió para darnos fuerzas y a la hora de la cena (como a las 12) fuimos a un restaurante italiano que tenias unas obras de arte en todas las paredes que parecía que estábamos en unas de esas villas italianas de película, lujo que no se repetiría por mucho tiempo y solo cuando nuestros padres (o Madre..) nos visitaba pero era un lujo que se podía dar para recibir a un amigo. 

Asi transcurrió mi primer dia en Rosario, cuando llegamos al departamento muertos de sueños pero todavía con ganas de tomarnos “ESE” matecocido, nos abrazamos todos en el living, cada uno a sus respectivas piezas, entro a la mía y me acuerdo que tenia un nuevo libro que me lo había traído de Posadas, busco en la mochila con un terror creciente de olvido inminente cuando descubro allá debajo de todo entre medio de mis botines de rugby y calzoncillos a lo que seria mi otro libro de cabeceras “Cien Años de Soledad” …. La primera estrofa “Muchos años después frente al pelotón de fusilamiento el Coronel Aureliano Buendia había de recordar aquella tarde en que su padre lo llevo a conocer el hielo” se me formo un nudo tremendo en la garganta que no me abandonaba; Recien ahí fui consciente de que los recuerdos y cariños me invadían para atacar a un futuro incierto y solitario, me encontré lejos de mi casa, de mis amores, de mi familia y de Posadas, por primera vez solo, aun así que mis queridos amigos dormían en las piezas de alado, sentí por primera vez la soledad de estar solo y no la engañosa soledad buscada y llena de gente, encontré esa soledad de los 100 años de una estirpe de hombres valientes y solitarios me hacia volar por Macondo y una sufrida Sudamerica, me di cuenta que mi piecita seria la piecita de los pescaditos del Coronel y que en esa pieza todos los días serian Lunes y todos los dias serian este dia, el dia que Rosario me hizo feliz y me hizo sentir bienvenido y me aplaco lo que sería esta soledad que me acompañarían por muchos años por venir y que de tanto acompañarme hoy somos íntimos amigos. 
Le di la bienvenida y comenzamos ese largo camino que aún continua, juntos y de la mano porque de ultima es mi mejor amiga....."




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